¿PONIÉNDOME
VIEJO?
VÍCTOR
HUGO
Víctor Hugo. Imagen de Internet
- Te estás volviendo
viejo -me dijeron-, has dejado de ser tú, te estás volviendo amargado y
solitario.
No, respondí; no me
estoy volviendo viejo, me estoy volviendo sabio.
He dejado de ser lo que
a otros agrada para convertirme en lo que a mí me agrada ser, he dejado de
buscar la aceptación de los demás para aceptarme a mí mismo, he dejado tras de
mí los espejos mentirosos que engañan sin piedad.
No, no me estoy
volviendo viejo, me estoy volviendo asertivo, selectivo de lugares, personas,
costumbres e ideologías.
He dejado ir apegos,
dolores innecesarios, personas, almas, y corazones, no es por amargura es
simplemente por salud.
Dejé las noches de
fiesta por insomnios de aprendizaje, dejé de vivir historias y comencé a
escribirlas, hice a un lado los estereotipos impuestos, dejé de usar maquillaje
para ocultar mis heridas, ahora llevo un libro que embellece mi mente.
Cambié las copas de
vino por tazas de café, me olvidé de idealizar la vida y comencé a vivirla.
No, no me estoy poniendo
viejo.
Llevo en el alma
lozanía y en el corazón la inocencia de quien a diario se descubre.
Llevo en las manos la
ternura de un capullo que al abrirse expandirá sus alas a otros sitios
inalcanzables para aquellos que sólo buscan la frivolidad de lo material.
Llevo en mi rostro la
sonrisa que se escapa traviesa al observar la simplicidad de la naturaleza,
llevo en mis oídos el trinar de las aves alegrando mi andar.
No, no me estoy
volviendo viejo, me estoy volviendo selectivo, apostando mi tiempo a lo
intangible, reescribiendo el cuento que alguna vez me contaron, redescubriendo
mundos, rescatando aquellos viejos libros que a medias páginas había olvidado.
Me estoy volviendo más
prudente, he dejado los arrebatos que nada enseñan, estoy aprendiendo a hablar
de cosas trascendentes, estoy aprendiendo a cultivar conocimientos, estoy
sembrando ideales y forjando mi destino.
No, no es que me esté
volviendo viejo por dormir temprano los sábados, es que también los domingos
hay que despertar temprano, disfrutar el café sin prisa y leer con calma un
poemario.
No es por vejez por lo
que se camina lento, es para observar la torpeza de los que a prisa andan y
tropiezan con el descontento.
No es por vejez por lo
que a veces se guarda silencio, es simplemente porque no a toda palabra hay que
hacerle eco.
No, no me estoy
poniendo viejo, estoy comenzando a vivir lo que realmente me interesa.
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