AVE
FÉNIX DE LA PASIÓN
Antonio
Fco. Rodríguez Alvarado
Imagen Internet
Llegó mi nueva amiga muy arreglada y dejando tras de sí una
estela de un afrodisíaco perfume. Ya frente a mí me sonríe con lujuria, se
quita el vestido dejando ver todo su voluptuoso cuerpo, se acerca a mí, me
besa, me abraza, se sienta en mis piernas y lengüeteando y mordiéndome las
orejas, me susurra frases candentes al oído:
-Me encantas, desde que te conocí deseé
estar contigo, hazme toda tuya... ¡AHORA!
Ya no pude más... se reactivó mi
intermitente vulcanismo interior y sentí que el fuego corría por mis venas,
hasta convertirse en lava que incendiaba
hasta el aire que respiraba.
Éramos dos volcanes en erupción,
estallando ambos frente a frente. Nuestra incandescente y convulsa pasión tomó
vuelos y giros tan inesperados que parecíamos dos furiosas flamas que se
enlazaban tan fuertemente hasta convertirse en una sola y gigantesca pira
humana.
Por momentos sentí que hasta la habitación
se transformaba en un espacio sideral y tú y yo nos volvíamos cometas cuyas
flamígeras caudas incendiaban al mismo universo.
Tiempo después...el sol de la pasión se
acercó al ocaso. Hubo febriles subintrancias que se negaban a rendirse. Y
libidos espasmos que querían retener el tan ansiado y querido... clímax.
Nos miramos a los ojos, los tuyos
brillaban como nunca, me sonreíste, me dijiste: -¡Fue fabuloso...! ¡TE AMO! Yo
entrecerré los ojos, te sonreí con ternura y te musité con toda el alma: -¡YO
TAMBIÉN… TE AMO!
Xalapa, Ver. México
18.08.18
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