ASTROGAMIA
Antonio
Fco. Rodríguez Alvarado
Imagen Internet
Cuando estaba el sol
cayendo en el ocaso, abrió enormemente los ojos, una maravillosa visión se le
presentó: Era la luna, que había salido más temprano que de costumbre, rodeada
de policromas nubes que la envolvían como un manto a la virgen.
Él, candente
por naturaleza, no pudo sustraerse a tal aparición, y le envío sus potentes
rayos, los cuales como gigantescos brazos la rodearon infundiéndole hasta el
centro de sus entrañas todo su viril calor. La luna quedó prendada, y su rubor
virginal se confundía con los multicolores rayos que la abrazaban con amor y
pasión.
Xalapa, Ver. México
011.04.17
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