Translate

martes, 28 de febrero de 2012

HOMOSEXUALIDAD

HOMOSEXUALIDAD



     Es probable que en todos lados se produzcan comportamientos homosexuales, pero definir a las personas por su conducta o preferencia sexual no es un dominio universal de significado para todos los pueblos, y la moderna noción europea y norteamericana de que todos los que practican un comportamiento homosexual son “homosexuales”, una “especie”  distintiva con rasgos únicos, no es aceptada universalmente.

     R. Burton, distinguió las relaciones homosexuales en las cuales el compañero de mayor edad penetra al más joven de aquellas en las que un compañero masculino penetra a una persona del mismo sexo que desempeña el papel femenino. Estas dos homosexualidades estratificadas por edad y por género se presentan en áreas culturales distintas, sin una conexión visible con el tamaño ni con la complejidad de las sociedades en las que las encuentra. En las sociedades industrializadas urbanas, se ha vuelto cada vez más importante una organización igualitaria/gay de las relaciones homosexuales.

     Estos tres tipos son ideales. En un mismo sitio pueden presentarse simultáneamente casos de todos ellos. La tipología parece abarcar la variación observada en los esquemas societales de relaciones sexuales entre personas del mismo sexo para las mujeres, así como para los varones. No parece haber cientos, ni decenas siquiera, de diferentes principios de organización de las relaciones homosexuales en las sociedades humanas. Además, uno de estos tipos tiende a figurar de manera más prominente en el “discurso dominante” (y a predominar en las explicaciones a las personas de fuera que preguntan por las relaciones del mismo sexo). Por ejemplo, la homosexualidad graduada por edad era la forma normativa en el discurso ateniense antiguo, y se lexicalizaba con un término, kinaidos, mientras que la homosexualidad definida por género y camarería no lo era. De manera similar, el papel de dos-espíritus/berdache entre muchos pueblos indígenas norteamericanos estaba lexicalizado, mientras que las relaciones sexuales entre dos guerreros no lo estaban.



     En las sociedades en las cuales la homosexualidad se define por la edad la norma es que los hombres “asciendan” al papel del penetrador, dejando por entero de actuar como receptor, aunque en las sociedades con estructuras de homosexualidad definidas por edad se “gradúan” de la “fase” homosexual. En algunas sociedades del África subsahariana, por ejemplo, una élite mantenía “muchachos esposas” que realizaban labores femeninas y constituían una salida sexual para sus “maridos”. Más tarde, los muchachos acostumbrados a una homosexualidad exclusivamente receptiva, pasaban, ya mayores, a papeles de “maridos” y tomaban a su vez “muchachos esposas” de una nueva generación. En algunas culturas melanesias para llegar a ser varón y guerrero tienen que pasar varios años de homosexualidad receptiva exclusiva con varones físicamente maduros. La inseminación “ritualizada” está masculinizada para ambos participantes; de hecho, es parte central de un culto a la masculinidad (Herdt; Herdt y Stoller). En muchas sociedades musulmanas contemporáneas, igual que en la antigua Grecia, la “sumisión” de los adolescentes a la relación sexual con mayores no engendra necesariamente un afeminamiento de toda la vida ni impide las relaciones heterosexuales posteriores.

     Las sociedades primitivas presentan una amplia gama de actitudes hacia la homosexualidad. Algunas, como la de los siwans en el norte de África, suponen que todos los hombres jóvenes y los muchachos practican la sodomía homosexual. Los grandes nambas de las Nuevas Hébridas han institucionalizado la homosexualidad como lo hicieron los zuños. Los manus de Nueva Guinea constituyen un grupo típico de la actitud indiferente hacia la homosexualidad.

     Se consideran endémicas las prácticas homosexuales en muchos países del mundo, especialmente en las zonas del Mediterráneo y del Lejano Oriente.

     En la organización de la homosexualidad definida por género se espera que el compañero sexualmente receptivo escenifique algunos aspectos del papel femenino: comportarse, hablar o vestirse de maneras apropiadas, en esa sociedad, para las mujeres. El papel prototípico definido por el género es el “pasivo”, difundido en las áreas culturales del Mediterráneo y de América Latina. El varón “activo” en la cópula homosexual no es visto oficialmente como “homosexual”. Pero los varones en papeles y ocupaciones femeninos retienen ciertas prerrogativas masculinas. También se dice con frecuencia que hacen el “trabajo de las mujeres” mejor que las mujeres mismas. En los cultos afrobrasileños algunos varones pasivos ejercen poderes espirituales y obtienen el prestigio concomitante. A los chamanes trasvestidos a ambos lados del Pacífico norte, e incluso en Indochina se les atribuía también importantes poderes. Los que desempeñaban ese papel eran vistos con un temor reverente…emoción ambivalente, sin duda.

     Algunos grupos permiten prácticas homosexuales,  pero rechazan la sodomía, y otros prohíben todas las prácticas homosexuales. En las comunidades donde hay poca homosexualidad se advierten presiones dirigidas contra su manifestación abierta. Algunas sociedades reconocen a una clase de hombres que tienen un status intermedio de mujer-hombre y pueden vestirse como mujeres, casarse con hombres y hacer los trabajos femeninos, como en el caso de los alyhas, de los berdaches o de los chamanes.

     No está claro si existe una organización definida por profesión, como algo distinto de la definida por género. El debate se centra en si hay autoselección por parte de quienes buscan un nicho para el deseo homosexual o la incapacidad (de base biológica) para desempeñar el papel masculino, o si la socialización sexual produce papeles como el de los chamanes, los jóvenes bailarines, los cantantes trasvestidos y las personas que practican prostitución con gente de su mismo sexo.

    En tiempos recientes ha adquirido prominencia, en ciudades de todo el mundo, una organización gay de la homosexualidad. Lo especial en este caso es la conciencia grupal de una diferencia, con una subcultura separada basada en papeles sexuales igualitarios que acepta la posibilidad de relaciones exclusivas (no bisexuales) del mismo sexo. 

     Para la mayoría de las culturas los datos sobre la conducta homosexual y la reacción societal a la misma son tan escasos, recientes e incompletos que poco puede decirse sobre los cambios. En Europa, Japón y posiblemente también en China a finales del siglo XVII se produjo una transformación de edad a género. Durante las décadas de 1960 y 1970 las zonas urbanas de Estados Unidos las distinciones de género o “variaciones” pasaron de ser normativas a ser estigmatizadas, y el modelo gay predomina cada vez más en las ciudades de todo el mundo.

     Las “visiones nativas” acerca del cambio de género y la pederastia que registraron exploradores, misioneros y antropólogos presuntamente “objetivos” tienden a ser prescripciones de élite que pueden tener poco que ver con regularidades estadísticas de comportamiento, por no hablar de la gama de la variación intracultural. En la mayoría de las etnografías no se menciona siquiera cuál es la visión normativa/societal dominante de la homosexualidad. Cuando se ha señalado algo acerca de la homosexualidad se refiere por lo general a normas o descripciones de papeles, más que cómo experimentan la homosexualidad quienes están involucrados en ella. Lo que Simon y Gagnon (1986) llamaron “guiones culturales” para generar significado sexual está interaccional e intrapsíquicamente adaptado en todas las culturas. Los modelos normativos pueden canalizar las percepciones de los otros y la concepción de uno mismo, pero no las determinan y pueden ni siquiera ser compartidos. Lo que la gente hace sexualmente, en contraste con lo que dice, es poco conocido y difícil de investigar.

     En los comienzos de la república romana las relaciones homosexuales entre los hombres libres estaban penadas incluso con la muerte por la ley Scantinia. Parece que legislaba contra ciertas formas de contacto sexual, como la pederastia que era considerada una práctica griega degenerada y como tal generalmente reprobada, y también contra aquellos casos en los que un ciudadano ejercía un papel pasivo en la práctica del sexo anal. Por lo que en realidad no prohibía todas las prácticas homosexuales, no haciendo ninguna restricción legal al uso sexual de los esclavos varones por parte de su dueño, ni aquellos casos en los que el hombre libre ejerciera el papel activo.

     A mediados de la república, los actos homosexuales eran ampliamente aceptados si el activo era un romano y el pasivo un esclavo o un no-romano.

     Aunque fue la norma en Grecia y Roma que el eromenos, miembro joven de la pareja, fuera el pasivo y el mayor, o erastés, fuera el activo, existen (especialmente en el periodo romano) evidencias de que había hombres mayores que preferían el papel pasivo. Una vez unido a su amante, el eromeno recibía las armas que le hacían igual a los guerreros, entre los cuales era admitido. Constituía un honor para un mocito tener varios pretendientes y un deshonor para un hombre no ser aceptado por ningún chico. La vida de estos guerreros tenía analogías con la de los caballeros de la Edad Media. En honor a su eromeno, los erastés llevaban a cabo verdaderas proezas, como siglos después los caballeros por su dama. Igual susceptibilidad, el mismo puntillo de honor, idéntico heroismo aventurero.


     Flaubeurt, hablando de los mercenarios de Cartago, dice en Salambó; "En su vagabundaje perpetuo a través de toda suerte de países, crímenes y aventuras, se formaban extraños amores, uniones obscenas, tan serias como matrimonios, donde el más fuerte defendía al más joven en medio de las batallas, le ayudaba a salvar los precipicios, secaba de su frente el sudor de las fiebres, robaba alimentos para él; y el otro pagaba esta devoción con mil cuidados delicados y con complacencias de esposa".

     El color verde fue durante siglos un código para los homosexuales. A los hombres afeminados se les llamaba galbinati, precisamente por su supuesta afición por el color verde.

     En el siglo 1 Suetonio y Tácito constatan la generalización de matrimonios entre hombres sin trabas ya que el matrimonio en la sociedad romana era un contrato privado. El emperador Nerón fue el primer emperador romano que se casó con otro hombre, y lo hizo en tres ocasiones. Suetonio en su obra Las vidas de los doce césares, confirma que de los doce primeros emperadores solo a Claudio le interesaban exclusivamente las mujeres, por lo que fue objeto de crítica por su parte. Todos los demás tuvieron chicos u hombres como amantes.

     Con la llegada del cristianismo al poder, aunque quizá un poco antes, cualquier expresión de amor homosexual se convirtió en tabú y se proscribió su práctica. En 390 Teodosio I proclamó una ley prohibiendo definitivamente todas las relaciones sexuales con los del mismo sexo, castigándolas con la pena de muerte. Y la condena se mantendría en la legislación de Justiniano I.

     Durante muchos años, se ha debatido si la homosexualidad es biológica o el resultado de una elección personal. La influencia externa, la educación, la cultura y las amistades son muy determinantes de la personalidad de un individuo desde su nacimiento. Muchos expertos sitúan a la orientación homosexual en este contexto. Al no ser considerada la homosexualidad una enfermedad, no requiere tratamiento y tampoco puede corregirse. La homosexualidad en si misma no es un problema sino que los problemas son creados por los prejuicios sociales homofóbicos dando cuadros de mayor ansiedad, depresión e intentos de suicidios que entre heterosexuales.

       Si bien hay homosexuales con vidas afortunadas y felices, hay otros que acuden a un terapeuta con el fin de modificar su orientación sexual. Hay otros casos en los que se pide ayuda psicológica para el proceso de asumir la propia preferencia sexual.

     Los intentos por demostrar un determinismo genético en la orientación homosexual adolecen de rigor, y no han aportado ninguna evidencia convincente. Por lo cual, se ha de mantener que el homosexual "no nace, sino que se hace".

     Algunos países consideran la agresión contra las personas por su preferencia sexual como "crímenes con alevosía". También en Estados Unidos y Europa, hay leyes que prohíben la discriminación a homosexuales.

     BERDACHE. Quien se comporta y viste como un miembro del sexo opuesto. Es el “hombre-mujer” o “mujer-hombre” de los indios de los Estados Unidos. Los berdache más frecuentes eran varones anatómicos. Algunos eran hermafroditas. Los primeros exploradores franceses de Norteamérica fueron los que usaron inicialmente el término para referirse a homosexuales pasivos. El status de berdache se encontraba en todo el oeste norteamericano y en las llanuras, pero era casi totalmente desconocido en el este. Con frecuencia los berdache tenían un elevado status ritual. Se ha propuesto que se utilice el término para designar a personas de un sexo que asumen el papel y el status del opuesto, y que son considerados así por la comunidad. Algunos berdaches se infieren heridas para simular la menstruación, o rellenar sus vestidos para simular embarazo.

     KINAIDOS. Suetonio dice que el emperador Nerón tomaba el papel pasivo durante las relaciones sexuales con el liberto Doríforo. Además se les acusa de dedicar demasiado tiempo en su apariencia física para atraer y complacer a sus amantes. Así usualmente aludidos de forma despectiva con términos como kinaidos o cinaedus (palabras también aplicadas a los eunucos).

     Cuando el joven conquistador Julio César estaba destinado en Macedonia tuvo una relación con el rey de Bitinia Nicomedes, se dice que asumiendo el papel de pasivo, acto que daño un poco su reputación (se mofaron de él llamándole: "La Reina de Bitinia").
    

No hay comentarios:

Publicar un comentario