CREDO
En este mundo todavía... Viejo y cansado... Esperando
a que me llamen...
Muchas veces he querido escaparme por la puerta maldita
y condenada
y siempre un ángel invisible me ha tocado en el hombro
y me ha dicho severo:
No, no es la hora todavía... hay que esperar...
Y aquí estoy esperando...
con el mismo traje viejo de ayer,
haciendo recuentos y memoria,
haciendo examen de conciencia,
escudriñando agudamente mi vida...
¡Qué desastre!... ¡Ni un talento!... Todo lo perdí.
Sólo mis ojos saben aún llorar. Esto es lo que me queda...
Y mi esperanza se levanta para decir acongojada:
Otra vez lo haré mejor, Señor,
porque... ¿no es cierto que volvemos a nacer?
¿No es cierto que de alguna manera volvemos a nacer?
Creo que Dios nos da siempre otra vida,
otras vidas nuevas,
otros cuerpos con otras herramientas,
con otros instrumentos... Otras cajas sonoras
donde el alma inmortal y viajera se mueva mejor
para ir corrigiendo lentamente,
muy lentamente, a través de los siglos,
nuestros viejos pecados,
nuestros tercos pecados...
para ir eliminando poco a poco
el veneno original de nuestra sangre
que viene de muy lejos.
Corre el tiempo y lo derrumba todo, lo transforma todo.
Sin embargo pasan los siglos y el alma está, en otro sitio...
¡pero está!
Creo que tenemos muchas vidas,
que todas son purgatorios sucesivos,
y que esos purgatorios sucesivos, todos juntos,
constituyen el infierno, el infierno purificador,
al final del cual está la Luz, el Gran Dios, esperándonos.
Ni el infierno... ni el fuego y el dolor son eternos.
Sólo la Luz brilla sin tregua,
diamantina,
infinita,
misericordiosa,
perdurable por los siglos de los siglos...
Ahí está siempre con sus divinos atributos.
Sólo mis ojos hoy son incapaces de verla...
estos pobres ojos que no saben aún más que llorar
León Felipe. Nació en Tábara (Zamora) el 11 de abril de 1884. Su verdadero nombre era Felipe Camino Galicia. Tras abandonar sus estudios de farmacia viajó por toda España y Portugal como cómico con una compañía de teatro. Tuvo varias farmacias en diversos puntos del territorio español, administró hospitales en Guinea, en 1923 llega a México con una carta de Alfonso Reyes que habría de abrirle la puerta del ambiente intelectual mexicano (que como el mismo León Felipe comenta: "Con esta carta se me abrieron todas las puertas de este pueblo y el corazón de los mejores hombres que entonces vivían en la ciudad, como Pedro Henríquez Ureña, José Vasconcelos, Antonio Caso, Eduardo Villaseñor, Daniel Cosío Villegas y de Manuel Rodríguez Lozano... entre todos se pudo hacer que yo defendiera mi vida con decoro".) y conoce a Berta Gamboa, profesora mexicana con la que se casa pocos meses después en Nueva York. Trabajó además como bibliotecario en Veracruz, agregado cultural de la embajada española republicana y profesor de literatura española en varias universidades de Latinoamérica. Durante la guerra civil española regresó a España, ya que se encontraba en Panamá. Permanece en Madrid hasta que en 1938 inicia una gira por América para dar a conocer la heroica lucha del pueblo español. En 1940 se establece junto con su mujer en México, donde murió el 18 de septiembre de 1968.
a que me llamen...
Muchas veces he querido escaparme por la puerta maldita
y condenada
y siempre un ángel invisible me ha tocado en el hombro
y me ha dicho severo:
No, no es la hora todavía... hay que esperar...
Y aquí estoy esperando...
con el mismo traje viejo de ayer,
haciendo recuentos y memoria,
haciendo examen de conciencia,
escudriñando agudamente mi vida...
¡Qué desastre!... ¡Ni un talento!... Todo lo perdí.
Sólo mis ojos saben aún llorar. Esto es lo que me queda...
Y mi esperanza se levanta para decir acongojada:
Otra vez lo haré mejor, Señor,
porque... ¿no es cierto que volvemos a nacer?
¿No es cierto que de alguna manera volvemos a nacer?
Creo que Dios nos da siempre otra vida,
otras vidas nuevas,
otros cuerpos con otras herramientas,
con otros instrumentos... Otras cajas sonoras
donde el alma inmortal y viajera se mueva mejor
para ir corrigiendo lentamente,
muy lentamente, a través de los siglos,
nuestros viejos pecados,
nuestros tercos pecados...
para ir eliminando poco a poco
el veneno original de nuestra sangre
que viene de muy lejos.
Corre el tiempo y lo derrumba todo, lo transforma todo.
Sin embargo pasan los siglos y el alma está, en otro sitio...
¡pero está!
Creo que tenemos muchas vidas,
que todas son purgatorios sucesivos,
y que esos purgatorios sucesivos, todos juntos,
constituyen el infierno, el infierno purificador,
al final del cual está la Luz, el Gran Dios, esperándonos.
Ni el infierno... ni el fuego y el dolor son eternos.
Sólo la Luz brilla sin tregua,
diamantina,
infinita,
misericordiosa,
perdurable por los siglos de los siglos...
Ahí está siempre con sus divinos atributos.
Sólo mis ojos hoy son incapaces de verla...
estos pobres ojos que no saben aún más que llorar
León Felipe. Nació en Tábara (Zamora) el 11 de abril de 1884. Su verdadero nombre era Felipe Camino Galicia. Tras abandonar sus estudios de farmacia viajó por toda España y Portugal como cómico con una compañía de teatro. Tuvo varias farmacias en diversos puntos del territorio español, administró hospitales en Guinea, en 1923 llega a México con una carta de Alfonso Reyes que habría de abrirle la puerta del ambiente intelectual mexicano (que como el mismo León Felipe comenta: "Con esta carta se me abrieron todas las puertas de este pueblo y el corazón de los mejores hombres que entonces vivían en la ciudad, como Pedro Henríquez Ureña, José Vasconcelos, Antonio Caso, Eduardo Villaseñor, Daniel Cosío Villegas y de Manuel Rodríguez Lozano... entre todos se pudo hacer que yo defendiera mi vida con decoro".) y conoce a Berta Gamboa, profesora mexicana con la que se casa pocos meses después en Nueva York. Trabajó además como bibliotecario en Veracruz, agregado cultural de la embajada española republicana y profesor de literatura española en varias universidades de Latinoamérica. Durante la guerra civil española regresó a España, ya que se encontraba en Panamá. Permanece en Madrid hasta que en 1938 inicia una gira por América para dar a conocer la heroica lucha del pueblo español. En 1940 se establece junto con su mujer en México, donde murió el 18 de septiembre de 1968.
Desde 1919 se inicia en Madrid como traductor iniciando con obras de Oscar Wilde, tradujo posteriormente a Walt Whitman, T.S. Eliot, William Shakespeare, Benjamín Franklin, Bertrand Russel, etc. Además fue director de la revista “España y la Paz ”, órgano del movimiento que encabezaba Bertrand Russel y que luchaba por la paz del mundo.
La producción literaria de León Felipe se inicia con "Versos y oraciones del caminante I" (1920-1929), obra poética cuya temática y sencillez formal corresponde a sus experiencias iniciales. Siguen "Versos y oraciones del caminante II" (1929) y "Drop a Star" (1933), que rompen todos los moldes del subjetivismo formalista de la época. Pero a su etapa de plena madurez poética corresponden obras como "La insignia" (1936), "El payaso de las bofetadas" (1938), "Pescador de caña" (1938), "El hacha" (1939), "Español del éxodo y del llanto" (1939), "El gran responsable" (1940), "Canto a mí mismo", "Ganarás la luz"... (1943), "España e hispanidad" (1947), "El ciervo" (1954) y "Oh este viejo y solo violín" (1968). En 1963 aparecieron en Buenos Aires sus Obras completas.
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