EL
PREMIO INESPERADO
Ese mediodía estaba en mi cuarto de
estudio leyendo y escribiendo el
producto de mis investigaciones sobre nuestras culturas prehispánicas, cuando
veo llegar muy emocionada a mi esposa Lupita diciéndome: ¿Qué crees? ¡Aquí te traigo la convocatoria de la SEV, para que
participes con una leyenda o un cuento!
¿Qué…
le dije? ¡Pero si yo no soy escritor de leyendas ni de cuentos, yo soy escritor
de libros sobre historia antigua de México!
¡Pues
con todo lo que sabes, tienes el acervo y el talento para escribir cuentos y
leyendas sobre nuestras raíces culturales! Inmediatamente, me contestó
ella.
Es muy difícil ganarle a una mujer, por lo
que opté por decir: ¡OK, lo intentaré!
¡Muy
bien, sabía que te iba a interesar! Me contestó.
Leímos la convocatoria: Tenía una fecha de
recepción de los trabajos, y otra para informar solamente a los ganadores el
resultado del Concurso.
Comimos y me fui a mi trabajo vespertino
en el IMSS, 6.5 horas en mi trinchera de la Consulta Externa (Eterna) de los 36 pacientes diarios.
Esa noche, ya de regreso en casa, Lupita
me preguntó: ¿Y bien, sobre qué tema
quieres escribir?
¿No
sé, pero pienso que debe ser sobre seres sobrenaturales? Le contesté.
E inmediatamente, y antes de que ella me
respondiera le volví a decir: ¡Tiene que
ser sobre chaneques, tengo varios años queriendo escribir algún cuento o
leyenda sobre ellos sin lograrlo!
¡Excelente!
Me senté a escribir y comencé por recordar, por conjuntar viejas historias
leídas y escuchadas, me trasladé a mi
niñez sentado en la playa del lago de Catemaco, donde algunas noches,
platicamos sobre monstruos y aparecidos; me trasladé también a San Andrés
Tuxtla, escuchando a mi primo Quintín Alvarado hablar sobre chaneques blancos y
negros en las aguas del Tajalate. Me acordé también del pequeño grupo de mis
mejores amigos de la preparatoria: Óscar Aguirre Ramírez (hijo del famoso brujo Don Gonzalo Aguirre), Jesús Cárdenas
Escobar e Ignacio Uscanga Escobar. De una inolvidable experiencia que tuvimos
mi sobrino Roberto Armengual Cadena en Playa Escondida, y de mi primo Carlos "Caco" Rodríguez Elías y su amada Nanciyaga, así como de uno de mis grandes maestros
sobre seres sobrenaturales, mi amigo Antonio García de León. Por lo qué en menos
de una hora ya tenía los argumentos, los seres sobrenaturales, los lugares y
los personajes del cuento. El resto iría apareciendo sobre la marcha.
Al día siguiente, Lupita leyó mi primer borrador, se hicieron bastantes modificaciones. Y la noche de ese mismo día continúe trabajando el cuento. Con nueva modificación por parte de mi correctora.
¡Cada una de esas noches me llevaba el
trabajo a mis sueños, y dentro de ellos, aparecían nuevos enfoques, nuevas
ideas!
A la siguiente mañana, nueva lectura con
Lupita, esta vez con aceptación y agrado de ambos. El trabajo en esas tres
mañanas y dos noches sirvieron para escribir el cuento. Nos gustó tanto que
inmediatamente lo enviamos al Concurso.
En tanto, yo por una inveterada manía,
seguía casi a diario alimentando mi cuento, añadiendo seres sobrenaturales,
fotos, dibujos, etc. Hasta dejarlo cuatro o cinco veces más voluminoso que el
original (el enviado al Concurso).
Estuvimos muy pendientes de la fecha del
resultado del Concurso, y nada, no aparecía nada en la página de Internet de la
SEV (Secretaria de Educación de Veracruz).
Lupita y yo perdimos todas las esperanzas
de haber logrado alguna premiación en el Concurso. ¡Ah, pero nuestro gran premio
fue la satisfacción de haber logrado hacer un cuento que nos haya encantado a
los dos!
Un cuento, que yo en lo personal, tenía de
dos a tres años en quererlo hacer, pero no había tenido la presión, la motivación o la inspiración para realizarlo.
¡DIOS
APRIETA PERO NO AHORCA!
Cerca de un mes después, previo a entrar a mi consultorio, me encontraba
sacando unos recetarios y unas incapacidades de mi lockers, cuando sonó mi
teléfono celular:
¿El señor Antonio Francisco Rodríguez
Alvarado?
¡Si, su servidor!
¡Señor Rodríguez, le estamos hablando de
parte de la SEV, para informarle que usted se ha hecho acreedor a una Mención
Honorífica por su cuento sobre los Chaneques, y lo esperamos este próximo lunes
en el auditorio de la SEV en Xalapa para hacerle su entrega en una ceremonia
oficial. Por favor no falte… Gracias.
¡Gracias, gracias! Respondí por inercia.
¡Me quedé estupefacto!
¡Era algo que no esperaba!
¡No sabía si llorar, o gritar de alegría!
Me dirigí a mi consultorio, me eché agua
de la llave en el rostro para que no se notara que había llorado e inicié la
consulta…
...y
¡Esperé a que anocheciera... alguien en casa se iba a emocionar aún más que yo!
...y
¡Esperé a que anocheciera... alguien en casa se iba a emocionar aún más que yo!
TOCAYO ME EMOCIONA TU NARRACION Y LA HAGO MIA CON MUCHO AFECTO ¡ SALUDOS A TODA TU FAMILIA !.
ResponderEliminarTocayo, como siempre muy amable, te envío un fuerte y afectuoso abrazo a ti y a la familia.
ResponderEliminarAmigo!! qué emoción! felicidades a ambos pues es un logro de los dos, me da muchísimo gusto que tu texto haya sido seleccionado pues tienes muchísimas ideas que plasmar, luego publicarás tu historia de chaneques? :D un abrazote
ResponderEliminarGracias, pienso publicarla, pero no sé cuál sería el tiraje. Un gran abrazo de parte de Lupita y mío.Saludos en casa.
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