¿DÍA DEL NIÑO?...
DAPHNE DE LUZURIAGA
DAPHNE DE LUZURIAGA
ESTAMOS en la semana del Niño del año 2007. Lo malo es que el entusiasmo que
los adultos cuando se inicio la celebración de esta fecha, parece haberse
esfumado. A su vez, los niños parece que han perdido algo del candor y la
inocencia que siempre los ha caracterizado.
En la actualidad, celebramos un Día del Niño con centenares de niños explotados, abusados física, mental y sexualmente… Niños que nunca han tenido el placer de jugar con una mascota… que tienen pavor a sus padres y que queremos contentar con un carrito de fricción o una muñeca de trapo, o bien el show de payasitos con que las autoridades les obsequian ese día… ¡Únicamente ese día!... Al día siguiente los volvemos a ver limpiando parabrisas, en medio del peligro de las calles, pidiendo limosna, o trabajando en labores no propias de su edad.
Aunque para muchas personas resulte sólo una oda al consumismo, la historia detrás del Día del Niño tiene un origen muy bien definido.
En 1954
Desde entonces, son más de cien los países que celebran la fecha, a pesar de que la fecha estipulada varía de acuerdo al lugar. En México corresponde el 30 de abril.
Por lo general, se organizan una serie de actividades culturales y de entretenimiento y expresión artística, además de distribución de juguetes entre las poblaciones más necesitadas, aunque el propósito vaya mucho más lejos.
El día del niño es una oportunidad para llamar la atención de los entes gubernamentales en lo que se refiere a las necesidades infantiles y de los padres para que estén el tanto de lo que pueden exigir.
Igualmente, se busca informar a los niños para que ellos sepan cuándo son víctimas de algún abuso o si no están recibiendo lo que por derecho les corresponde: educación, vivienda y una alimentación sana, entre otras cosas.
El Día del Niño es entonces un deber de los padres y un derecho de los más pequeños quienes a través de este estímulo y del reconocimiento de su valor como forjadores de un futuro no muy lejano, serán capaces de ofrecer a los demás, armonía y amor por las demás generaciones y una labor con muchos frutos.
Por curiosidad, realicé una encuesta entre varios niños que tengo al alcance, preguntándoles lo que deseaban que les regalaran en esta fecha, y lo alarmante, es que en su mayoría no pedían juguetes o golosinas… Las respuestas más interesantes las comparto con ustedes:
PERLA
(10 años) -Que los niños de la calle no existieran porque todos tuvieran un
hogar donde los quisieran.
JACK (6 años) –Que en ningún país del mundo hubiera guerra y que no enseñen a los niños desde pequeños a usar armas.
GÜICHÍN (7 años) –Que se respeten los Derechos del Niño y no abusen, porque no podemos defendernos.
BEBA (10 años) –Que los maestros ganen bien, para que sólo tengan una plaza, -mi papá es maestro- y no puede estar conmigo porque para que alcance el dinero tiene que trabajar todo el día.
IVÁN (11 años) –Que mi papá encuentre un empleo fijo para que yo pueda seguir en la escuela.
ULISES (12 años) –Que los grandes nos respeten y no nos den órdenes que no podemos cumplir.
SUSY (11 años) –Que no me peguen cuando miento y luego me hagan mentir cuando me dicen: Dile al cobrador que no estoy.
JEAN CLAUDE (4años) –Que me dejen pintar en la pared. Toda blanca se ve fea. Yo la quiero adornar.
JORGITO (8 años) –Que ya no nos dejen tanta tarea. Mejor que la hagamos en clases.
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