SEMBLANZA
DE LOS JESUITAS
No
se puede dejar de explicar el “fenómeno jesuita” desatado por la
elección de un Papa jesuita, sin recordar las palabras del Emperador Napoleón I
quien en su oportunidad señaló “: Cuidado con los jesuitas porque son una
organización militar”, porque esta Orden religiosa no solo es un elemento clave en la historia económica
moderna, sino porque su exitosa estructura organizacional -que lleva casi 5
siglos-, puede ser la envidia de cualquier corporación trasnacional actual.
1. Fue fundada por un
noble vasco, ex soldado y caballero: Iñigo de Loyola, conocido más tarde como
San Ignacio (castellanización del vasco Iñigo o Iñaki) de Loyola (1491-1556); y llaman al superior
de la orden "General" y a la orden "Compañía" pero en sentido
castrense, no empresarial, aunque años después este nombre les caería como
pintado a modo desde el punto de vista corporativa. Ignacio de Loyola ingresó
muy joven a la orden de caballería, donde se adaptó rápidamente al orden y a la
disciplina. Durante la campaña de la guerra entre Navarra, Francia y España (1521) una bala de cañón casi le vuela la pierna por
lo que fue llevado a su castillo y por las heridas tuvo que estar en cama
meses. San Ignacio se leyó todos los libros sobre vida religiosa que encontró y
descubrió su vocación. Dejó las armas y comenzó un largo camino que culminó con
el éxito y aplicación de sus ideas
religiosas.
2. La Compañía de Jesús
es una Orden religiosa que no está bajo el mando directo ni tutela de una
Diócesis. Su jefe es el Padre Superior a quien se le llama Padre General. La
Iglesia Católica divide su jurisdicción pastoral en Diócesis que están bajo la
administración de sacerdotes “diocesanos” y estos deben reportarle al Obispo de
la jurisdicción, o sea, de la Diócesis y
estos, a su vez, al Arzobispo que es quien maneja toda la operación.
Los jesuitas van más
allá de esto pues consideran a cada país o región como una “provincia” de la
Compañía de Jesús; por eso, tienen Padres Provinciales, una especie de “ojos y
oídos” del superior o Padre General.
3.- Aunque no hay nada
en sus normas que diga lo contrario, los jesuitas estaban
"prohibidos" de ser obispos y menos Papas. Quizás la palabra no sea
“prohibición”, pero fue algo consuetudinario en ellos: por costumbre adoptaron
más un perfil bajo dentro de la Iglesia Católica. Prefirieron otro enfoque o
carisma, el de la educación y en eso se especializaron. Además, nacieron en una
época donde el protestantismo europeo era un furor y los esfuerzos de la
Compañía de Jesús se enfocaron en eso, la lucha contra las corrientes
protestantes, antes que entrar en el complicado mundo político de la Iglesia
del siglo XVI con sus Papas al estilo de los Borgia, fanatismo, ambición, asesinatos, corrupción, inquisiciones, etc.
4. Sin embargo los
jesuitas han llegado a tener tanto poder
político y económico que a su superior
lo llaman "El Papa Negro", por el color tradicional de las sotanas
que usan. Lo del Papa Negro no es cuento ya que realmente llegaron a ser una
suerte de Iglesia paralela dentro de la estructura católica romana.
5. Para ser ordenado
jesuita, además de pasar 4 años, estudiando teología y filosofía en un
seminario, es indispensable que tengan “estudios civiles”, por ello es que
actualmente se pueden encontrar jesuitas
abogados, economistas, ingenieros, sociólogos, médicos, matemáticos, físicos,
químicos, psiquiatras, sociólogos, antropólogos, lingüistas, instructores de
buceo, etc. De hecho, son los únicos curas con título universitario civil por
requerimiento específico. ¿Por qué crees que el Observatorio del Vaticano lo
regentan jesuitas astrofísicos? ¿Por qué crees que el Papa Francisco es técnico
químico-industrial?
Expulsión de los jesuitas
6. El poder oceánico
que llegaron a tener motivó que en 1768 fueran expulsados de España, Portugal y
las colonias (México o Nueva España incluido) . Este poder se debió a sus
vanguardistas ideas: creían en la libertad económica, la igualdad social y la
fraternidad entre individuos y naciones. También promovieron el cooperativismo, la
redistribución del capital, el libre acceso al mercado, la educación de las
minorías, etc. lo que preocupó a las monarquías de la época. Eso incluyó el
cierre de los colegios mayores, seminarios y universidades de todo el mundo
conocido. lo que fue un duro golpe para la educación occidental, porque las
instituciones educativas jesuitas eran impecables. Astutos como ellos solos, aplicaron a la
perfección aquello de “el enemigo de mi enemigo, es mi amigo” y se refugiaron
en reinos e imperios protestantes y hostiles a la Iglesia de Roma. Entre ellos,
el Imperio Ruso con Catalina La Grande a la cabeza, donde los jesuitas,
expertos en educación, pronto se ganaron su respeto y admiración y ella no sólo
les dio cobijo, sino el tesoro más
importante para un jesuita: TIEMPO. Tiempo para regresar y de hecho 40
años después de su expulsión lo hicieron refundando colegios y universidades en
todo el mundo.
Universidad Jesuita DEUSTO en Bilbao
7. Antes de su
expulsión, fueron los precursores del cooperativismo o una forma arcaica de
economía socialista. Los jesuitas en sus Misiones y haciendas, crearon la
figura del “Padre Administrador”, una suerte de contralor moderno que llevaba
rigurosamente los presupuestos y estadísticas de las empresas que promovían.
Pero los jesuitas fueron más allá. En
agricultura, sus haciendas no eran meros fundos o ranchitos “para llevar pan”, pues diseñaron un complejo
sistema de obrajes que les permitió desarrollar una agroindustria y sistema de
agro exportación que sería la envidia de cualquier grupo agroindustrial
moderno. Con ese criterio exportaban vinos y licores, chocolate procesado, melaza, granos, telas,
vidrio, cal, argamasa y un sinnúmero de productos, tanto agrícolas como
industriales y textiles.
Carlos III
Para la eficiente distribución de estos
productos crearon lo que a la postre sería el concepto de distribución y
canales de negocio corporativo, logística incluida. Su manejo de los costos era
impresionante: las utilidades en una hacienda por ejemplo, después de un
ejercicio fiscal, adelantándose al llamado reparto de utilidades, eran redistribuidas
entre los indios y esclavos primero y en último término el quinto real (para la
Corona Española ) y la Compañía. Esto les permitía hacer caja constante pues la
producción de sus haciendas, al ser redistribuida entre indios y esclavos -
quienes a su vez, la reinvertían en sus parcelas, vendiendo lo que iban sacando
de ellas-,lo que les aseguraba un
ingreso extra y recurrente, por tanto,
evitaban el endeudamiento para cubrir huecos en el flujo de caja, luego tomaban
una parte de la ganancia por cada línea de producto y en función a los costos
unitarios calculaban el presupuesto para el siguiente año fiscal. Con esto,
fueron los primeros en aplicar la teoría de las tasas de transferencia en
negocios. Sus inversiones en tierras, conventos, seminarios, colegios mayores y
universidades también les generaban caja pues casi todas sus instituciones eran
privadas y cobraban una pensión por la
colegiatura, que les permitía además brindar subsidios a alumnos o
seminaristas con bajos recursos: la versión moderna de becas de estudio.
Además, reducían el riesgo sistémico de sus finanzas con la diversidad de
inversiones y líneas de producción que ellos tenían o administraban.
Es curioso además notar que en un tiempo
donde los esclavos negros eran considerados menos que animales, los jesuitas no
sólo los hicieron “propietarios” sino que les daban una parte de la ganancia
del negocio. Situación que estaba prohibida por la Corona, pero de la que
hacían caso omiso. Lo triste de esta historia: durante la administración
jesuita de sus propiedades, los índices de escapismo entre los esclavos era
nulo, después de la expulsión de la Orden, no solo muchos de los esclavos
negros dejaron las haciendas y misiones, sino que el número de abortos auto
inflingidos por las madres esclavas se disparó logarítmicamente: preferían
matar a sus hijos neo natos, antes que nacieran esclavos (“Peregrinaciones de
una paria”, Flora Tristán). Esto nunca pasó bajo la gestión de la Compañía.
Finalmente, en 2008 la revista Forbes nombró a la Compañía de Jesús como "
La Corporación Multinacional más antigua y exitosa de la historia económica
moderna". Más que Coca Cola Co., JP Morgan y otras corporaciones
internacionales.
8. En la Segunda Guerra
Mundial, fue la única Orden que abiertamente se opuso al nazismo y al
holocausto judío, muchos jesuitas fueron perseguidos por eso; algunos fueron
torturados y asesinados en campos de concentración como el Beato Rupert Mayer
SJ. En Francia, un colegio internado jesuita, exclusivo para chicos, escondió y
salvó a más de 50 niños judíos de las garras de la Gestapo. “Amén”, película
dirigida por Costa-Gavras (2002), basada en hechos reales descritos en el libro
“El Vicario” de Rolf Hochhuth, muestra el rol clave que tuvo la Compañía de
Jesús para la defensa de judíos ante el Vaticano. De hecho, para los judíos, la
Compañía de Jesús es un referente de diálogo y es “Justa entre las Naciones”
para Israel, por su labor en contra del holocausto. Cosa que pocas o casi
ninguna otra orden católica realizó.
9. En los 70's su posición progresista y de
izquierda se hizo un poco evidente: unas décadas antes decidieron dejar de dar
Misa en latín y la daban en el idioma del lugar. Por eso tenían jesuitas dando
Misa en bantú africano, quechua, vasco, árabe, guaraní, chino cantonés, hindi,
etc. En México el más célebre de los nahuatlatos D. Ángel María Garibay K fue
jesuita.
Ángel María Garibay y Kintanilla
Ser progresista y estar más cerca de los
pobres y lejos de los grupos de poder les ganó también un recelo por parte del
Opus Dei.
10. Aunque muy progresistas,
los jesuitas no estuvieron exentos de vincularse con grupos de poder. Aunque,
sus relaciones se basaron más en la enseñanza. Fueron famosos y conocidos por
ser tradicionalmente los “educadores de las élites”, mayormente hombres y no
mujeres. Sobre todo en Europa y Latino América. Es evidente que por sus aulas
han pasado destacados intelectuales,
políticos, científicos, artistas, militares y religiosos. Eso les daba llegada
a familias y grupos relacionados con el dinero y el poder. Pero formaron
hombres que, lejos de continuar con los vicios y resabios de estos grupos,
fueron más allá.
Francisco Xavier Clavijero
Quizás por esta razón, es que los jesuitas
son conocidos como “lava cerebros” o como una mafia donde quienes han sido
educados por ellos, se reconocen, como en las órdenes masónicas, por ciertos rasgos, lenguaje corporal y forma
de hablar. Una especie de “secta” con decir y hacer propios. Es una orden muy global y de constante
diálogo no sólo inter religioso sino cultural. Incluso desde su fundación, les
quedó claro ese asunto que ahora se llama “globalización”. Ese dinamismo es
quizás lo que explica que, aunque llegaron “tarde” a la América Española,
incluso 60 o 70 años después que los dominicos o franciscanos, en una década de
operación en las colonias llegaron a triplicar el patrimonio de los primeros.
En pleno siglo XVI, no dudaron los Padres fundadores de la Orden en enviar a
sus primeros discípulos a lugares tan lejanos como China, India o Japón porque
América ya les quedaba chica. Según
Chris Lowney ex seminarista jesuita y banquero de inversión del JP
Morgan, autor del libro “El Liderazgo al estilo de los jesuitas”, uno de los
factores de éxito de la Orden fue su movilidad permanente y apertura de mente
frente a otras culturas. La historia del Padre Matteo Ricci SJ que viajó a
China grafica este liderazgo y dinámica inter cultural. Llegado a China, el
Padre Ricci SJ de inmediato tomó contacto con el Emperador. No era cosa fácil
porque ya antes en Asia, la experiencia jesuita había resultado tenebrosa y de
total fracaso: decapitaron en Japón a 22 jesuitas y martirizaron y torturaron a
otro tanto en la India. Pero el Padre Ricci SJ se ganó el respeto y admiración
del emperador al dibujarle un mapamundi donde colocó a China, por primera vez,
en la historia de la cartografía mundial. Huelga decir que Ricci era
matemático, geógrafo y cartógrafo. La mente abierta de este jesuita le permitió
también, emparentar el confusionismo a la praxis cristiana. Debió haber sido
todo un éxito porque el Emperador de China lo nombró su consejero, siendo el
primer y último caso, donde un occidental fuese “privado” de un regente chino.
Para este Autor
(Lowley), son 4 los pilares fundamentales del éxito y del enfoque empresarial
de los sacerdotes jesuitas:
(1) Conocimiento de sí
mismo:
Saber reconocer muy bien cuáles son las
fortalezas, debilidades y valores de uno mismo, así como tener un claro
conocimiento del mundo y hacia dónde se quiere ir.
(2) Ingenio:
Siempre innovar y al mismo tiempo
adaptarse a las circunstancias de un mundo cambiante. Explorar nuevas
posibilidades e ideas. Aprender de las otras culturas y darles su valor;
(3) Amor:
Querer a los demás y tratarlos a partir de
esa realidad. Siempre mantener una actitud positiva. Ganar a la gente por el
amor y no por el temor. Los líderes tienen confianza en sí mismos y la
proyectan a los demás;
(4) Heroísmo:
Despertar en uno mismo, y en los demás,
grandes deseos. Fortalecer en sí mismo, y en los demás, aspiraciones heroicas.
El mundo católico espera con ansiedad que el Papa Francisco,
siendo jesuita, recoja este modelo, no sólo desde lo religioso, sino desde lo
empresarial.
REFLEXIÓN MATUTINA
Edwin
Corona y Cepeda
Tetraheroica
Veracruz el domingo 18 de octubre
del 2014.
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