LA
XTABAY
Oleo de Joseph daily
Del maya ix o x, prefijo que denota feminidad + tab,
cuerda, soga o mecate con que los indios atan y llevan cargas a la espalda + ai
o ay, sufijo que denota acción: “La que usa la cuerda”. Fantasma que se aparece
a los enamorados. Era la esposa de Kizin (diablo), el dios de la muerte, por lo
que reside en ciertas cuevas.
Actualmente se cree que es un espíritu malo que
de día es una ancha y robusta yaxché
(ceiba), y de noche, a la luz de la luna, se transforma en hermosa y joven mujer,
vestida toda de blanco huipil, y en ocasiones desnuda, cubierta solamente por su
larga cabellera; su espalda tiene forma de árbol hueco, y hay quien dice que en
lugar de pies tiene patas de pavo montés, cuando en realidad son dos pequeños pájaros
nocturnos que vuelan junto al suelo; deambula en los caminos a los cenotes, las ceibas y sartenejas, sentándose sobre las peñas del camino o raíces de los
yaxché para peinar su larga, negra, fragante, limpia y brillante cabellera con
un peine de tzacam (cactus) y esperar a los hombres para espantarlos, o citarlos con su voz cantarina diciéndoles: ¿Tuux ca bin...? Coten uayé... (¿A dónde vas...? Ven acá...). Y embrujándolos con dulces
palabras de amor, y haciéndoles creer que es la mujer con la que ellos han soñado
siempre y así, ansiando el mayor de los placeres, inducir a abrazarla, y entonces ella, en medio de
macabras carcajadas, soltando su amplia cabellera, los envuelve en ella, asfixiándolos, matándolos cruelmente, como la peor de todas las bestias, a mordidas
y rasguños de sus dedos que se convierten en garras y punzan y destrozan la piel como púas de tzacam, en una infernal y apasionada
locura.
El único amuleto para poder salir de su maleficio, es arrancarle una
hebra de sus cabellos, siendo así, ella será nuestra esclava, nos obedecerá y
seguirá. Pero, quién piensa escapar, en ese momento, del susurro y los besos de su boca, del
atolondramiento que nos causa su mirada, del dulce embeleso en que nos envuelve
su aroma y su presencia, del deseo de
tenerla y del miedo a perderla, quién piensa –en esos momentos- en escapar, si
lo que deseamos, ya no es vivir, sino morir... por ella.
También hay quien dice que para terminar con ella hay que arrancarle una hebra de sus cabellos, la cual debe quemarse hasta convertirla en cenizas, y entonces enterrarlas. Pero conforme se excava el hueco éste vuelve a llenarse inmediatamente sin que nadie pudiera explicarse el porqué de ello.
Con todo, ella es muy astuta, y cuando se siente en peligro se convierte en chaycan (verde y larga serpiente) y escapa metiéndose entre las raíces de las ceibas. Se dice que en los caminos donde han desaparecido esas ceibas, ahora están cubiertos de flores silvestres hermosas y aromáticas que brotan al amanecer y el jugo de estas florecillas embriaga dulcemente como embriagaban en vida el aroma, los besos y el amor de la XTABAY. Esta flor se llama XTABENTÚN.
Con todo, ella es muy astuta, y cuando se siente en peligro se convierte en chaycan (verde y larga serpiente) y escapa metiéndose entre las raíces de las ceibas. Se dice que en los caminos donde han desaparecido esas ceibas, ahora están cubiertos de flores silvestres hermosas y aromáticas que brotan al amanecer y el jugo de estas florecillas embriaga dulcemente como embriagaban en vida el aroma, los besos y el amor de la XTABAY. Esta flor se llama XTABENTÚN.
Tomado de mi libro: Los Tuxtlas nombres geográficos pipil, náhuatl,
taíno y popoluca. Analogía con las cosmologías de las culturas mesoamericanas.
Incluye un diccionario de localismos y
mexicanismos. Ediciones Culturales Exclusivas, 2007
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