¡FRAGANCIA DE MUJER!
ANTONIO
FCO. RODRÍGUEZ ALVARADO
Parque Alameda Gutiérrez Zamora. Imagen de Internet
Era estudiante del tercer año en la Facultad de Medicina “Miguel Alemán Valdés” en la ciudad y puerto de Veracruz, vivía en el departamento 801 del “Edificio Galdi”, casi enfrente del Parque Manuel Gutiérrez Zamora (aun no sé por qué le quitaron la paternidad y solo lo llaman Zamora). Una noche llegó a buscarme mi amigo Carlos Aguilar, quien vivía en el mismo edificio, pidiéndome que lo acompañara a una pensión para señoritas en la avenida Díaz Mirón a buscar a su novia. Llegamos y nos recibió una muchacha de lentes, alta, morena, la cual pese a traer una fea bata, se le adivinaba muy buen cuerpo. Le comentó a Carlos que su novia, estaba cubriendo guardia de enfermería en el Hospital General de 20 de Noviembre.
Al día siguiente regresó Carlos a verme
para decirme que la morena le preguntó por mí, diciéndole que le gusté. Y que
esa misma tarde las invitó a su departamento para platicar los 4 juntos. Cuando
ellas llegaron las hicimos pasar y nos sentamos en unas camitas individuales frente
a frente, ellas y nosotros. Al rato, Carlos y su novia se disculparon y se
dirigieron a la planta alta.
¡Quedamos solos frente a frente la morena y yo, y solo entonces la pude apreciar mejor: traía una minifalda oscura, entallada, que al estar cruzando las piernas dejaba ver unos voluptuosos y bien torneados muslos de un color moreno claro, empecé a sudar, sentí que la sangre me hervía, que me faltaba la respiración, nuestras miradas pasaban del nerviosismo, a la ansiedad, y de ahí a la lujuria, el ambiente se cargó de un denso erotismo. No pude más, me paré y la atraje hacía mí, su cuerpo despedía una afrodisíaca fragancia, nos abrazamos con fuerza, nos cubrimos de besos, pero no hubo más… ella temía ser descubierta por su amiga!
Las acompañamos a su pensión, y antes de despedirnos me dio un beso fugaz y me pidió la llevara a nadar a “Villa del Mar”.
¡Quedamos solos frente a frente la morena y yo, y solo entonces la pude apreciar mejor: traía una minifalda oscura, entallada, que al estar cruzando las piernas dejaba ver unos voluptuosos y bien torneados muslos de un color moreno claro, empecé a sudar, sentí que la sangre me hervía, que me faltaba la respiración, nuestras miradas pasaban del nerviosismo, a la ansiedad, y de ahí a la lujuria, el ambiente se cargó de un denso erotismo. No pude más, me paré y la atraje hacía mí, su cuerpo despedía una afrodisíaca fragancia, nos abrazamos con fuerza, nos cubrimos de besos, pero no hubo más… ella temía ser descubierta por su amiga!
Las acompañamos a su pensión, y antes de despedirnos me dio un beso fugaz y me pidió la llevara a nadar a “Villa del Mar”.
Pasé por ella a la pensión y caminamos
unas 4 cuadras para subirnos al tranvía
que nos dejaría en la playa. Colocó una gran toalla sobre la arena y se quitó
el vestido, quedando en traje de baño, al verla no pude evitar la gran
impresión que me sacudió por entero, ¡Wau
toda una anatomía de fuego! Corrimos al mar, y en ese momento se nubló el
cielo, se escucharon fuertes tronidos y se desató un gran chubasco, nos
apresuramos a recoger la ropa, a buscar un tejado donde guarecernos, y al pasar
el siguiente tranvía corrimos bajo la lluvia hacía él y llegamos a mi departamento.
Estábamos empapados, pasé primero al baño, no quiso que lo hiciéramos
juntos; estaba yo acostado dentro de mi recamara cuando entró ella desnuda
tapándose sensualmente con una toalla.
¡Afuera seguía lloviendo, los tronidos y el
ruido de la lluvia creaban una atmósfera de calidez, de acercamiento, de intimidad,
la cual era reforzada por la sensual fragancia que exhalaba su cuerpo!
Entonces me preguntó: ¿Eres prejuicioso? En menos de un segundo entendí el mensaje, e inmediatamente le respondí que no. ¡No iba a perder esta oportunidad! Y ella continuó: ¡Quiero que sepas que ya no soy virgen… el que era mi novio murió atropellado hace 2 meses!
Entonces me preguntó: ¿Eres prejuicioso? En menos de un segundo entendí el mensaje, e inmediatamente le respondí que no. ¡No iba a perder esta oportunidad! Y ella continuó: ¡Quiero que sepas que ya no soy virgen… el que era mi novio murió atropellado hace 2 meses!
Por toda respuesta y mostrándole la cama le dije: ¡Ven conmigo!
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Volvimos a estar juntos en dos ocasiones
más y dejamos de vernos.
Una tarde entrando al departamento se me
acercaron muy preocupados mis amigos, diciéndome que una señora que se
identificó como tía de la morena, les dijo que quería hablar conmigo de un caso
muy delicado pues había embarazado a su sobrina y que en caso de negarme me
acusaría ante las autoridades. Sinceramente me dio miedo pues en lo primero que
pensé fue en mis estudios. Salí a la calle y me puse a caminar tratando de
calmar mi miedoso nerviosismo. Pasaba cerca de la “Zapatería Andrés” cuando vi
a mi querido amigo y maestro el Lic. Gabriel C. E. el cual me invito al
antiguo Café “La Parroquia” en Independencia, y le conté mi pesar. Después de
escucharme me dijo muy paternalmente: ¡Acompáñame
unos días a Acayucan en lo que analizamos bien tu caso! Esos 4 días en Acayucan, calmaron mi
nerviosismo y me infundieron valor, máxime al analizar, ya sin el "trauma" nervioso, junto con mi amigo Gabriel, que ese niño no podía ser mío, pues recordé que yo
tenía acaso el mes de haber iniciado
relaciones con ella y según la tía tenía de 2 a tres meses de embarazo.
Regresé a Veracruz, al departamento, y ese
mismo día al escuchar toquidos intuí que era la tía, fui a
abrir la puerta, nos presentamos muy educadamente, y
ella me pidió que platicáramos en su casa, así que salimos del edificio, nos fuimos en su auto, y pasamos a la sala de la casa, muy amable me invitó un café,
lo cual acepté.
La señora tomó la palabra y empezó
diciendo:
¡Joven, créame que estoy muy preocupada por mi sobrina, me hice responsable ante sus padres de cuidarla mientras estuviera conmigo aquí en Veracruz!
¡Joven, créame que estoy muy preocupada por mi sobrina, me hice responsable ante sus padres de cuidarla mientras estuviera conmigo aquí en Veracruz!
Hace un par de semanas la noté rara, con
nauseas, cefalea, mareos, vómitos, soy
una mujer de experiencia, además soy química. Lo primero que hice fue
preguntarle si estaba embaraza, y ella categóricamente lo negó, entonces la
amenacé con realizarle una prueba de
embarazo, se puso muy nerviosa y comenzó a decirme que tenía relaciones
sexuales con usted.
¡En
lo que escuchaba a la tía, noté que escondida detrás de unas cortinas había una
persona escuchando, estaba seguro que era ella, la morena!
Dejé que la tía terminara de hablar, ya
para entonces mis conceptos y mi apreciación sobre la morena habían cambiado
rotundamente. Así que le respondí:
¡Señora,
me da mucha pena porque sé que no es de caballeros pero tengo que decirle que
yo a su sobrina apenas tengo un mes de conocerla, y antes de estar con ella me
comentó que tuvo una pareja sexual la cual había muerto atropellada dos meses
antes! Y terminé diciendo:
¡Créame
que lamento mucho que nos haya querido engañar tanto a usted como a mí!
En ese momento irrumpió como un demonio la
morena diciendo a gritos: ¡No es cierto! ¡No es cierto! Se me quedó viendo con furia, y a punto de agredirme, le
habló fuertemente la tía ordenándole: ¡Retírate
de aquí, al rato tengo que hablar contigo! Y dirigiéndose a mí me dijo:
¡Joven
me siento demasiado apenada con usted! ¿Lo puedo llevar a su casa?
¡Gracias, es usted muy amable, pero esta
vez prefiero caminar!
¡Qué tranquilidad se goza al caminar
después de haber resuelto un conflicto!
¡Cinco a seis años después, estaba con un grupo de amigos en el Café la Merced, cuando una mujer al salir de él, me dio tremendo bolsazo en la cabeza, no alcancé a verla bien, empero, dejo una fragancia que ya creía olvidada!
Buena narrativa paisano, excelente escritor pero que mal ginecólogo.
ResponderEliminarGracias Mauro. Estaba panicado y obnubilado de los nervios que no sabía ni cómo me llamaba jajaja. Saludos.
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