CARTA A MI ESPOSA
Antonio Fco.
Rodríguez Alvarado
LUPITA, eres una gran esposa, una excelente amiga y una magnifica mujer, todo me agrada de ti: tus atenciones, tus caricias, tu cariño, la manera en que te preocupas hasta el más mínimo detalle de mi persona, de mis preocupaciones, de mis emociones y de mis problemas. Siempre, en todo momento se que estás pensando en mí, extrañándome y preocupándote, esto no tienes que decírmelo para que mi corazón lo sepa. Me haces sentir como un ser especial, de otro mundo o de otro cielo, porqué no, como un dios. Eres excepcional, fuera de serie, nunca llegas cansada o estresada a casa posterior a tu desempeño profesional, sino todo lo contrario, llegas con una gran vitalidad, sonriente y cariñosa y lo primero que hago es contagiarme de esa misma dicha. Me enloqueces con tu forma de ser entre niña y mujer. Más que una vida rutinaria, pienso que vivimos una vida extraordinaria, la cual nos tiene un extra más, el ferviente deseo de cristalizar nuestra conjunción y nuestras ilusiones en lo más preciado del mundo…UN HIJO.
LUPITA, mujer, tengo que decirte que
representas en el balance de mi vida actual la parte más importante, más
interesante, más vital, más cariñosa y apasionada, puesto que desde que
entraste en mi vida la has impregnado y rebozado del más puro y genuino amor,
convirtiéndome desde ese momento en una persona feliz, estable y segura y con
renovadas energías para encarar el presente y el futuro, ya que nunca más tendré
sentimientos de soledad, desanimo y tristeza al entender que estás conmigo. Mi
amor, se que los sentimientos son difíciles y algunas veces imposibles de
expresar literalmente, pero haciendo analogías podría decirte que tus ojos son
más hermosos que una puesta de sol vista en el mar, que eres más dulce que el
almíbar, que tu ternura es semejante a la de las palomas cuando alimentan a sus
crías, que tus palabras suenan como la música del Lago de los Cisnes, que tu
sonrisa inyecta más adrenalina que ver el oasis más bello, que tu aroma es como
el más sutil y afrodisíaco de los perfumes, que tu alma es tan linda y
brillante como la luna llena, y que tu corazón…es único, no tiene comparación.
Que tu presencia en si es el paraíso. Podría decirte además que me haces tanta
falta como el aire, como el agua, como la ambrosía, como el fuego, como a DIOS.
LUPITA, significas tanto para mí, como el
amor mismo, el cual es la sensación más placentera que existe en el reino
viviente, y que a nosotros los humanos nos embarga de una sublime dicha que nos
hace reconocer que el ser amado es la persona más importante de nuestro
entorno, de nuestra vida, por lo que la aquilatamos como la prenda o joya más
valiosa del universo y por poseer tanta valía la deseamos sólo para nosotros
mismos, hasta llegar a celarla, probablemente porque pensamos que sin ella
perderíamos nuestra felicidad en el mundo y que el resto de nuestras vidas
sería una catástrofe de la cual no sobreviviríamos.
TODO ESO SIGNIFICAS
PARA MÍ.
TE AMO.
FRANCISCO
No hay comentarios:
Publicar un comentario