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viernes, 1 de septiembre de 2017

LA TAPACAMINOS Rubén Hernández

LA TAPACAMINOS
Rubén Hernández



Imagen Internet

En la carretera que va a Xalapa rumbo a Perote, a la altura del antiguo rastro de esta capital, cuando es de noche, ya muy tarde, y hay neblina o llueve, a los choferes de los camiones o a cualquier persona que vaya manejando sola un coche, se le aparece al borde de la carretera una muchacha muy guapa y arreglada, pidiendo aventón. Si no se lo dan, vuelve a aparecer más adelante, haciendo señas con las manos y con el cuerpo para que la recojan y la lleven a donde ella quiere ir. Y a todo aquél que no se lo da, se le aparece una calavera dentro de su vehículo o en la parte de atrás, que el chófer puede ver por el espejo retrovisor. Cuando el conductor aterrorizado voltea la cabeza, aquélla ya no está, y no se la ve por ningún lado. Muchos de los que han vivido la experiencia se van a confesar porque se les remueve un sentimiento de culpa, y creen que es algún castigo. Otros piensan que se debe a que en esa carretera asustan y no es bueno manejar de noche. Algunos más dicen que es una tentación y sirve como prueba, ya que aquéllos que suben a sus autos a “la tapacaminos” son los que sufren los accidentes.


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