INCERTIDUMBRE
(Carta
a la mujer que amo)
Antonio
Fco. Rodríguez Alvarado
Con los ojos pegados a la ventana, mi mirada vaga buscándote sobre la claroscura calle, cuyos plateados reflejos de relámpagos laten como la angustia de mi corazón, en esta tarde noche en que me embarga un frío desolado… añorando tu presencia. Mi mirada, se detiene en la esquina, dubitativa ante la encrucijada, temiendo tomar el camino equivocado… y no encontrarte en estos momentos, en que mi corazón desfallece por tu ausencia.
Todavía, esta mañana, amanecí con la esperanza de volverte a ver. Valorando y reflexionando sobre la gran resistencia que tuviste para entregarte, provocando que me enamorara de ti, como nunca lo había estado jamás. Créeme, te has metido dentro de mí, como un sol cálido y radiante que da vida a la mañana, y refresca al mundo con su sombra al atardecer.
Esta breve soledad, se ha vuelto eterna. Procuro acompañarla de tu recuerdo, de los suspiros que aún guardo de ti, de la belleza y placidez de tus ojos que como dos lagos azules proyectan la inmensidad de tu amor. Y tus efélides son el archipiélago donde florece la indómita vida de tu ser.
Sí, no existe nada más temido y doloroso, que la incertidumbre de perder a la mujer que amo… y que lo es todo para mí.
H. Veracruz, Ver.
19.03.22
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