domingo, 4 de noviembre de 2012

MI PRIMERA EXPERIENCIA SEXUAL. Daphne De Luzuriaga


MI PRIMERA EXPERIENCIA SEXUAL
DAPHNE DE LUZURIAGA



A los nueve años, estudiaba en una escuela de monjas, una de las mejores del puerto de Veracruz. También, una de las escuelas que observaban y exigían una moral y conducta intachables. Por eso mismo, sentí un nudo en la garganta cuando la Madre Superiora, Directora del plantel, me mandó llamar a su despacho: - Me dicen que te has pasado lloriqueando todo el día, -dijo desde que entré, y agregó-. ¿se puede saber por qué?... Sólo hipos y sollozos salieron de mi garganta, -te ordeno, insistió, que me digas qué te pasa. –Madre, contesté entre sollozos, es que creo que… ¡estoy embarazada!... La madre casi se infarta. Por casi dos minutos, calculo, se quedó callada, con la boca abierta y los ojos casi saliendo de sus órbitas. Cuando reaccionó, me tomó por los hombros, y zarandeándome a su gusto… -¡¡ Dime quién es el padre!!... –dijo con un grito apagado.- Pienso que mi primo Telémaco…- ¡Cómo que piensas!...!Cómo que piensas!... –otra zarandeada- ¿Es qué hay otros?... –Es el que estuvo conmigo la noche de Reyes… En medio de la mesa estaba la rosca que entre mi hermana mayor y Beta, mi nana, hornearon desde temprano. (Recuerden que antes no se vendía como hoy. Cada casa horneaba la suya). Mi mamá nos sirvió chocolate caliente y nos dijo: -A quién le toque el muñeco, dará sus ahorros para hacer los tamales del 2 de febrero. - Así diciendo, nos entregó la palita pastelera para que cada quien tomara un pedazo. Fue cuando mi primo me comentó bajito: - Si quieres la muñeca para la que estás ahorrando, procura que no te toque el muñeco… Cuando mordí mi tajada, sentí que mordí algo duro y miré a mi primo… -¡Trágatelo!... me dijo susurrando ¡Escóndelo!... Me lo tragué sin que nadie se diera cuenta. Desde entonces empecé con un dolor de barriga. Y hoy temprano, cuando le platiqué todo a mi amiga Araceli, me dijo que el muñeco iba a crecer en mi panza, y que luego nacería por mi ombligo, porque yo estaba embarazada. Que así le pasó a su mamá. Su papá le dio un muñequito que ella se tragó, y creció, creció hasta que nació su hermanito…    - ¡Por favor, madre, ayúdeme!...Lo peor, fue que la madre y mi mamá, se pusieron de acuerdo para que hiciera mi primera comunión. Después de prepararme, me mandaron a confesar con el Padre Jesús. Cuando me pidió que dijera mis pecados, conocedor de mi caso, como yo no acerté a decir nada, trató de ayudarme: -Dime, dijo ¿acostumbras tocar tu cuerpo con tus manos?... –Si, padre. – ¿Muy seguido?... Todos los días. Hasta la fecha sigo sin entender todo el sermón que me endilgó el padre…Pero nunca me dejó explicarle que era imposible bañarme, vestirme y cepillar mis dientes sin tocarme.


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