domingo, 28 de octubre de 2012

TALOS, EL GIGANTE DE BRONCE


TALOS
Antonio Fco. Rodríguez Alvarado


     El mito de Talo, el gigantesco hombre de bronce, es evidentemente de origen fenicio y alude a la cruel práctica de sacrificar humanos al fuego. Este Talos era todo de bronce e invulnerable. Este robot fue confeccionado por Hefesto/Vulcano, a petición de Zeus, para regalarlo a su amada Europa, para protegerla a ella y los tres hijos de ambos: Radamanto, Sarpedón y  Minos. Así, Talos servía de guardián de la familia de Zeus en la isla de Creta, cuyas costas recorría tres veces todos los días. Minos mandó a grabar en su  broncíneo cuerpo  las “Leyes del Reino”, su incumplimiento era castigado con el sacrificio al  fuego: "Talos abrazaba contra su pecho a la gente y se arrojaba al fuego con ella, que moría abrasada".
     Si veía que se acercaban enemigos o forasteros indeseables, o a los habitantes  salir sin permiso de Minos, les arrojaba  enormes piedras. Si alguien conseguía escapar de las piedras, Talos saltaba dentro de una hoguera hasta ponerse al rojo vivo, y luego, con una risa sardónica, abrazaba a los recién llegados apretándolos contra su pecho, hasta arrancarles la vida. Es probable, que tomara su nombre de Zeus Tallaios (Zeus Solar), y de igual forma, que debido a su color y brillo cobrizo aunado al rojo incandescente que así tomaba su cuerpo al salir de la hoguera fuera llamado Sol. Cuando se acercaron los argonautas para desembarcar en la isla, intentó alejarlos a pedradas, pero sucumbió a un ardid de Medea.
     En efecto, Talos tenía una sola vena, que le iba de la cabeza a los pies y que en el tobillo estaba taponada por un alfiler. Medea le hizo enfurecerse con visiones engañosas de que los perros de Hades, el dios de los infiernos, lo destrozaban, provocándole que se desgarrara el tobillo en una roca, así débil, con un hechizo lo durmió, logrando sacarle este alfiler, y Talos murió desangrado al escaparse del talón se dice que en forma de hierro fundido el icor, o sangre de los dioses olímpicos. Según otra versión, fue alcanzado por una flecha del argonauta Peante, el padre de Filoctetes. Con la muerte de Talos, los héroes pudieron desembarcar y reponerse, en previsión de la ruta que aún les quedaba.


     Talos era también un ateniense, hijo de Pérdice o Policasta, hermana de Dédalo.
     Dédalo, el mejor y más famoso artesano y arquitecto de la época helenística, había huido de Atenas para refugiarse en Creta a causa del asesinato de Talos, hijo de su hermana Policasta, que Dédalo por envidia profesional acabó despeñándolo desde la  Acrópolis. Talos, también llamado Acalo o Pérdice, igual que su madre, a sus 12 años, fue quien inventó la primera sierra, inspirándose en la mandíbula de la serpiente,  y el torno de alfarero, así como el primer compás.
     Se comenta que la diosa Minerva lo convirtió en perdiz, que años después acompañó con su canto regocijado los funerales del hijo de Dédalo, Ícaro.
     Policasta, se quitó la vida, ahorcándose,  a causa de la pena.
     Dédalo, en Creta construyó para Minos el Laberinto, extraordinario edificio lleno de intrincados pasadizos destinados a servir de morada al Minotauro, y llevó a cabo además muchas otras ingeniosas obras de arte.
     Como auxilió a Teseo a vencer al Minotauro, Minos lo encerró en el Laberinto junto con su hijo Ícaro. Tuvo que huir con Ícaro usando unas alas  artificiales. Cierto que al pasar por la isla de Samos, Ícaro cayó al mar – que por él se llamó de Icaria-, y se ahogó; Dédalo llegó a Cumas y de allí a Sicilia, donde fue bien acogido por el rey Cócalo. Por eso, cuando Minos,, que había perseguido a Dédalo, puso pie en la isla, Cócalo se negó a entregarle su huésped; más aún ahogó a Minos en el baño. Tal fue el fin de este monarca, cuya tumba, no obstante, se mostraba en Creta,



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