LA JOVENCITA QUE ESCRIBÍA
HISTORIAS DE HADAS…
Y SE CONVIRTIÓ EN UNA DE ELLAS
Antonio Fco. Rodríguez
Alvarado
Realmente fue algo increíble, e inconcebible. Esa noche, después de las lluvias, la bruja de ese pueblo salió a la calle y a los primeros pasos tropezó y fue a caer en un gran charco, donde el agua turbia reflejaba a las estrellas del cielo, las cuales parecían reírse de la bruja, ésta entró en cólera y lanzando un maleficio congeló el reflejo del estelar y titilante brillo. Y de inmediato, las estrellas del cielo parecieron marchitarse como las flores, pero en lugar de rocío lagrimaban incandescente polvo y chispas de estrellas. Y una negra, profunda y glaciar oscuridad envolvió a la tierra.
Feliz tras su venganza, la bruja montó en su escoba, en busca de una criatura que comer.
En tanto, dentro de una humilde casita, una linda jovencita que gustaba de leer relatos de hadas y duendes, que ella misma escribía, por no poder comprarlos, dejó de escribir al apagársele la vela, y al asomarse a la ventana contempló la total oscuridad, intrigada volteó la vista al cielo y con gran tristeza lanzó un grito de dolor al ver a las estrellas marchitas. Ofrendó la radiante luz de sus ojos para energizar a las estrellas, y llena de impotencia lloró profusamente formándose con sus lágrimas, por fuera de la ventana, un pequeño lago de aguas límpidas y transparentes, que como un espejo recibió y limpió los pálidos y agonizantes rayos de las estrellas, devolviéndoles su natural destello, intensidad y colorido.
La
noche volvió a resplandecer, y la linda jovencita con una inmensa alegría y un
nuevo fulgor en sus ojos sonrió y llenó de besos a las estrellas.
Y orgullosamente emocionada…
se fue a acostar.
Ya tenía la mejor historia
de hadas que escribir, siendo ella… la heroína.
Xalapa, Ver. 26.10.24